¿Algunas veces? Yo diría demasiadas.
Vale, muchas veces ciertas escenas que tú, emocionado e inocente, esperaste un año para ver en la gran pantalla ni siquiera se dignan a aparecer.
¡Nunca se lo perdonaré! ¡Maldita sea!
Pero otras sucede que una escena nueva, añadida por la producción cinematográfica, es tan buena que sorprende incluso a los lectores. Y eso, queridos amigos, es mágico.
Esto mismo le ocurrió a un servidor con Harry Potter y las Reliquias de la Muerte (Parte 2), la última entrega de esta enorme saga de 8 películas (inspirados en los 7 fantásticos libros de la fantástica J. K. Rowling)
Se nota que te gustan ¿Eh?
Independientemente de lo buena o mala que resulte esta adaptación de David Yates de 2011, en general, lo cierto es que hubo una escena que sorprendió a todos por sus buenos efectos, su elegancia y su bien encajada estructura en la trama argumental. La protección de Hogwarts: Lord Voldemort...
¡No digas ese nombre!
...y sus mortífagos llegan a las lindes de Hogwarts con la intención de asaltarlo, sucumbir la escuela a su poder y llegar hasta Harry Potter para así acabar con la resistencia. Cuando llega esta enorme amenaza los profesores del colegio de magia y hechicería y gran parte de su alumnado deciden apoyar a Harry y enfrentarse con todo lo que poseen a Quién-tú-ya-sabes defendiendo Hogwarts.
En una sola palabra: Espectacular. En todos los sentidos. Intensa y emotiva si se conoce el resto de la historia. Un momento mágico y elegante, una burbuja de poder conjunto que representa más que un escudo (Aportado por los Efectos Especiales de Industrial Light & Magic, Framestore, Moving Picture Company y Double Negative) Quisiera puntualizar también los efectos de los cuadros vivientes del principio de la escena (uno de mis favoritos de toda la saga) y ¿Cómo no? La maravillosa interpretación de Maggie Smith como Minerva McGonagall. Emocionante y seria pero con un punto divertido.
Ese "¡Siempre había querido utilizar ese conjuro!" y la cara de Molly Weasley a su lado no tienen precio.
Ese "¡Siempre había querido utilizar ese conjuro!" y la cara de Molly Weasley a su lado no tienen precio.
Y aquí, para los que no os hayáis leído los libros, llegan las diferencias con este. Para empezar nada de esto se observa entre las páginas de J.K. ¿Por qué? La mayor parte del libro se desarrolla desde la perspectiva de Harry por lo que es imposible que el pudiera observar tal proceso. Al contrario que en la película lo único que se observa entre las páginas es cómo Filius Flitwick, profesor de Encantamientos (Y medio duende), saca su varita por la ventana y la agita en el aire provocando una especie de viento protector que rodea Hogwarts...
Bastante más aburrido que en la película ¿No creéis?
P.D: Proteger lo que amas con todas tus fuerzas hasta el final nunca es algo inútil o absurdo sea cual sea el resultado.